
Para el estudio del arte europeo de la Edad Media es imprescindible realizar un acercamiento al arte paleocristiano pues en él se van a gestar dos manifestaciones artísticas de la importancia del templo basilical y la iconografía narrativa y simbólica del Cristianismo.
De esta última, por ejemplo, sobresale el crismón, que será ampliamente utilizado en periodo romano.
Por tanto, se denomina Arte Paleocristiano al desarrollado en las primeras comunidades cristianas de los siglo II y III hasta la caída del Imperio Romano de Occidente.

- Periodo de persecución y clandestinidad (siglos II y III),
- Periodo del gran arte paleocristiano en tiempos del Cristianismo como religión oficial del Imperio (parte del siglo IV). En esta fase será, por contra, un arte protegido e impulsado por las grandes jerarquías eclesiásticas de la época.
Características
1-Se limitan a evocar un pequeño número de figuras y de diversos objetos.
2-La variedad de colores es limitada.
3-Es una pintura, que más de figurar, sugiere.
4-Las figuras se dirigen al espectador (normalmente están de frente, sin embargo no es lo mismo que frontalidad).
5-La esencia de la divinidad es imposible de representar. (resulta difícil encontrar representaciones divinas-Dios) A partir del s. IV podremos encontrarnos algunas representaciones.
6-Desde un punto de vista formal: a-perspectiva jerárquica o jerarquización de las figuras. (las figuras más importantes son las más grandes) b-perspectiva inversa. (las figuras que están detrás son más grandes) c-desproporción. Interés en el gesto. d-desnudo excepcional. (a medida que evolucionó el arte, las figuras aparecen más tapadas).
7-además del uso en particular de las catatumbas que después surgió lo que fueron los panteones públicos
- Arte Bizantino Historia del Arte Bizantino
El arte bizantino constituye uno de los episodios más grandiosos del arte universal. Se fundamenta en el arte griego y paleocristiano, con grandes influencias orientales (persa y musulmana).
Para los templos, se usa con preferencia la planta centralizada o de cruz griega con grandes cúpulas sobre pechinas. Aunque los materiales constructivos no son especialmente ricos, sí lo es su decoración a base de mosaicos y pinturas murales, donde la representación de la figura humana, solemne y hierática, genera una gran sensación de espiritualidad que heredará posteriormente el arte románico.
El arte bizantino se va a dividir en tres grandes etapas:
- Arte protobizantino: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.
- La querella iconoclasta se prolongó entre los años 726 - 843 y enfrentó a los iconoclastas contra los iconódulos y fue tan violenta que produjo una crisis artística acentuadísima, especialmente en el arte figurativo.
- Primera Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen Constantinopla.
- Segunda Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.
El cesaropapismo va a durar durante todo este periodo y este arte va a ser fundamentalmente áulico, al servicio del poder político, y cuando represente al emperador, hecho muy frecuente, será un arte que aparentemente parece irreal, pero que es el reflejo de esa ostentación majestuosa y solemne que rodeaba a los emperadores y les convertía en símbolos del poder político y religioso.
Arte y Arquitectura Bizantina en el periodo premedieval
Los emperadores, y especialmente Justiniano, utilizaron la arquitectura como un instrumento político para impresionar a los pueblos, tanto del interior como del exterior del Imperio.
Por tanto, es una arquitectura imperial, normalmente costosa, puesto que el emperador podía financiar los gastos necesarios para su programa constructivo.
Fue Justiniano el que buscó a un historiador llamado Procopio para que relatara en un volumen cuáles y cómo eran sus construcciones, llamado "de edificis".
Hasta la llegada de Justiniano al poder, las construcciones religiosas tanto en oriente como en occidente se habían basado en la basílica romana paleocristiana. Sin embargo, la situación cambia totalmente en el siglo VI.
Occidente continúa adepto a la basílica, pero la arquitectura justiniana rompe con esta tradición. El emperador prefiere iglesias de planta central y abovedadas, inspirándose en modelos del Bajo Imperio Romano que se habían desarrollado en torno a salones palaciegos, pabellones de jardín y construcciones funerarias.
Con Justiniano, pues, la planta central cupulada con bóvedas de ladrillo se va a convertir en norma para construir los edificios religiosos, independientemente de cuál fuera su función litúrgica. Al parecer, la influencia de la liturgia fue determinante para esta elección. La liturgia que se había desarrollado en las costas del Egeo (Acheiropoietos) requería la nave central como lugar exclusivo para el coro. Un edificio de planta central en cambio no requiere este tipo de separación. La zona central está ocupada con el coro y el deambulatorio por los fieles. De este modo se facilita enormemente el desarrollo de esta liturgia oriental que se manifiesta distinta a la que se realizaba en Roma y en parte del occidente europeo.
Iglesia de los Santos Sergio y Baco (Constantinopla)
Es una iglesia que mandó construir Justiniano cuando todavía era príncipe heredero. Estaba junto al palacio que habitaba por lo que se trata de una capilla palatina al mismo tiempo que un martirium pues guardaba las reliquias reales.
Es de planta centralizada, formada por un núcleo central que es un octógono cubierto con una cúpula que se apoya en ocho pilares y que está inscrito en un cuadrado irregular que forma el deambulatorio envolvente. La conexión entre el núcleo y el deambulatorio se hace a través de exedras alternadas con tramos rectos configurados por columnas que sustentan el piso superior o tribuna situado sobre el deambulatorio, aunque el gran apoyo son los ocho pilares.
Nos encontramos con un presbiterio orientado al este, bastante profundo y que consta de un tramo recto que comunica con el deambulatorio y que está cubierto con bóveda de cañón y una exedra. Todo el deambulatorio se cubre con bóveda de cañón.
Al oeste hay un nártex bastante pequeño pero al ser una capilla palatina seguramente no se necesitara. Encima del piso de tribuna hay un tambor horadado que sostiene una cúpula formada por 16 plementos alternos curvos y rectos (los tramos curvos coinciden con el arranque de los pilares y los tramos rectos con la clave de los arcos que sustentan estos).
Al exterior manifiesta una estética horizontal; se trata de un edificio muy macizo y achaparrado, con predominio visual de la cúpula.
Santa Sofía de Constantinopla
Santa Sofía se construyó entre los años 532 y 537, inmediatamente después de la destrucción de la primitiva basílica constantiniana debido a un incendio que brotó durante la llamada Insurrección de Nika, en el mismo año 532.
Santa Sofía es una iglesia palatina construida junto al palacio imperial y como el emperador quería realizar una construcción eminentemente grandiosa con el fin de manifestar así su poder, mandó llamar a dos ingenieros especializados en construcciones militares porque se consideraba que así podría ejecutarse una obra con más innovaciones técnicas que si la dirigiese un arquitecto. Estos ingenieros fueron Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles.
Trabajaron en este edificio más de diez mil obreros y sabemos, especialmente por Procopio, que prácticamente todas las provincias del Imperio enviaron sus materiales más preciados para la decoración de esta iglesia. El elemento más grandioso es su gran cúpula, pero se hundió en torno al 550 y tuvo que ser reconstruida entre los años 558 y 562 por Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto.
Como característica fundamental, se trata de un edificio en el que se compatibilizan a la perfección la tendencia basilical con su sentido dinámico y ritmo longitudinal y la tendencia centralizada con la cúpula como elemento principal. La primera cúpula iba cubierta con un mosaico de oro. La definitiva, al parecer, llevaba como decoración una enorme cruz. Parece evidente que la iglesia de Santa Sofía no presentaba mosaicos figurativos.
Las principales características estéticas de la basílica son:
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